No sé cómo comenzar esta entrada, ni como redactarla, pero una promesa es una promesa y le di mi palabra a Paola que escribiría sobre una peculiar vivencia que me tocó atestiguar, así que aquí va.
Eran aproximadamente las 10 de la noche y yo estaba como de costumbre a esa hora tirándola en el sillón viendo la tele con mi hermano, cuando de repente sonó el teléfono, como en casa la regla fáctica es quien está más cerca del teléfono contesta le tocó a mi hermano realizar tan pesada acción, después de los saludos pertinentes Paco me comunicó con la persona que se encontraba al otro lado de la línea, ni más ni menos que Paola.
Debo decir que esto me sorprendió un poco, ya que Paola nunca me llama a esa hora (o a ninguna hora de hecho, jaja, nos comunicamos solamente por medio de las redes sociales de internet), aunque recordaba que Rosalba (A.K.A. P. Rosse) me había dicho que iban a salir, por lo que deduje que hablaban para saludar y platicar un rato, sin embargo este no era el caso, sino que la llanta del carro de Rosse se había ponchado en medio de la no tan agradable colonia Peralvillo -a lo que yo friamente pensé "¡en la madre!"- le pregunté a Paola si estaban solas, ella me respondió que sí, pero que estaban cerca de una pozolería y que ya habían llamado al seguro y al novio de Rosalba, pero que pensaron en llamarme porque sólo yo entendería en toda su magnitud los sucesos que se estaban desarrollando, lo cual creo que es cierto, para contextualizarlo un poco amable lector (suponiendo que alguien lea esto; ¿si publicas una entrada y nadie la lee...? ok, no me pondré a desvariar) Rosalba y Paola tienen una especie de fuerza gravitaroria de eventos extraños en momentos inadecuados, a una los taxistas locos les hacen plática, la otra encuentra gente cantando "O sole mio" a altas horas de la noche por su casa; por lo tanto, cuando las dos se encuentran es mejor estar preparados.
Después de un briefing por parte de Paola que incluyó la pertinete descripción de los hechos que desembocaron en el ponchamiento de la llanta (un bache y un neumático que va girando rápido no se llevan, ya ponte los lentes Rosse, de menos para manejar) y de el desfile de personajes que habían encontrado en su odisea (incluyendo a un memorable ex-llantero que había trabajado en el "over there" (¿?) en San Diego y que pertinentemente les preguntó por qué no le habían llamado (WTF?, así que ya saben si se les poncha un neumático llamen al llantero del "over there", a lo mejor es como el Superman de las llantas).
Enseguida me tocó presenciar los hechos en vivo, lo cual incluyó el regreso del llantero a preguntarle a las asustadas señoritas si eran hermanas, universitarias y si estudiaban, respuestas que proporcionó Rosse, y al decirle que estudiaban en Ciencias Políticas el otrora habitante de San Diego les pidió que no se corrompieran, a lo que, faltaba más, yo respondí con una sonora carcajada (o risa de colegiala japonesa como la definió Poli) que duró varios minutos.
Después la espera. El seguro no llegaba ni el novio de Rosse; Paola y yo conversamos un poco hasta que apareció el tipo del seguro que aparte de todo quería cobrarles 80 pesos por inflar la llanta de refacción (como hay gente manchada en este país), luego mi hermano les dio una pequeña asesoría para que Rosse supiera lo que cubría su seguro y que debía mandar a la chingada al tunante ese, mientras tanto yo la verdad me encontraba consternado por la cantidad de crédito que Paola tenía en su celular y preocupado por su pila y por su crédito, no se le fuera a acabar una u otra, y como que eso de buscar un teléfono público por ese rumbo no habría sido muy recomendable, pero no, Paola me dijo que no había bronca.
Una vez que llegó la asistencia de la aseguradora sólo bastaba esperar al significant other de P. Rosse quien por cierto haría entrega del taxi en que circulaba cual relevo olímpico para que Paola pudiera llegar a su casa sana y salva, porque, obvio, no se iba a poner a parar taxis en ese rumbo a esa hora; en fin, pasaba el tiempo y nada, después de un rato resultó que Rosalba le había dado mal la dirección (jajaja, ¿ya nos podemos reír de esto Rosse?) finalmente el joven llegó y Paola pudo dirigirse a su casa y colgar el teléfono.
Todo esto me dejó pensando, ¿y si creamos una modalidad de radionovela personalizada por teléfono? por que siento como si hubiera estado ahí.
Para leer los hechos tal como ocurrieron vayan al blog de Poli y eventualmente al de Rosse, que conste que yo ya cumplí, ya no puedes dejar de escribir tu parte.
3 comentarios:
(escribo mientras leo)
1. Hey, ya te dije que P. Rosse no es política ni lingüísticamente correcto :P
Mejor, Prete Rosse, jo.
2. Jajaja, neta y me acabo de acordar quel pinche llantero todavía nos pregunta: ¿y por qué no me dijeron, si yo aquí estoy siempre? W-T-F????
3. Aaaaaaaah, cómo le aclaras la pedradota que te echó, jajajaja.
4. Chah, espero que my significant other no venga a ver que pienso que eso ya son palabras mayores (eso de decir significant other). Neta, entre mi pasgüatez pa dar direcciones y su teléfono descompuesto, ñpos ¿cuándo? Antes di que llegó...
¡¿Cómo hiciste para que te saliera tan corta?! Tengo problemas con mi capacidad de síntesis.
Apachurros.
PD. Y no te preocupes, al menos Poli, Alex, Otto y yo seguro te leeremos *wink*.
Awww... cumpliste tu promesa *ojos de Remi* Polita feliz... Polita llorar... Polita abrazar Hector... Polita no entender por qué escribir como Yoda.
Comentarios, por orden de aparición:
1)¿En serio es tan mala la Peralvillo? Cuando pregunté sólo dijiste "Bueno.. sí.. algo...".
2) Yo sí leo tu blog!!!
3) Oye, a pesar de que somos un riesgo juntas, hemos tenido muy buenos ratos. En especial cuando te prestas a nuestras loquerías,y tengo fotos que lo prueban.
4) Juro que el banche salió de la nada. Nos estaba asechando.
5) Cuando se ponchen las llantas, llamaremos al señor franelero. Gritaremos.. er.. Franela-man? Overthere watchman? Flourescent Nightwatcher? Ash.. soy mala pa esto.
6) Eh, y yo que creí que querías que cortara la conversación. Sólo estabas preocupado por nosotras. Awww *más ojos Remi*.
7) "Obvio, no se iba a poner a parar taxis en ese rumbo a esa hora" Jajajaa. Creo que son las palabras exactas que usé.
8) Ehhh!!! Hagamos novela!!!
C'est tout.
Es mejor que hables como Yoda que como Yayar...
Y créeeeme mi colonia es peor que la Peralvilo, ¿o no, Carnes?
¡¡Y síiiiii, hagamos telefonovelas!!
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